by Aroa B.
El otro día cenaba con unas amigas y salió el tema de emprender un proyecto…
Llevo más de un año dándole vueltas a este tema puesto que parece que ser emprendedor o trabajar en una Start up está de moda y automáticamente se relaciona con tener un perfil valiente, arriesgado, creativo y ejecutivo.
Pero, para ser emprendedor tienes que dejar toda tu vida y lanzarte a por tus sueños? O de repente, un día levantarte por la mañana, sentir una revelación y decidir abandonarlo todo?
Cuando me explican historias así, me da la sensación que lo hacen como si fueran actos heroicos, (eso no significa que no haya situaciones que hayan sucedido de esta manera. Incluso, debido a la pandemia, me atrevería a decir que este tipo de aventuras han aumentado, muchas personas se han visto obligadas a reinventarse o hayan decidido poner punto y final a una etapa de su vida), pero muchas veces me pregunto: y aquellas personas que trabajan para terceros, por necesidad, pero cada día luchan por cumplir sus sueños, no se encuentran dentro de este “club”? Acaso no es un acto heroico, trabajar 8 horas e invertir tu tiempo libre en conseguir aquello que más deseas?
Abrimos este debate, mientras disfrutamos de una gran cena y unas copas de vino, y cada una de ellas (con su propio proyecto y con historias mágicas, de estas que se merecen escribir otro largo post) admitían que una persona que trabaja en una empresa y lucha por sus sueños, es tan emprendedora como la que lo abandona todo.
Que al final ser emprendedora es una cuestión de actitud, de inquietud interna, y de inconformismo ante nuestra propia rutina.
Os engañaría si no os confesara que me encanta poner encima de la mesa temas con diferentes puntos de vista, para poder conversar de forma enriquecedora con personas con las que puedes evolucionar, simplemente intercambiando opiniones de manera informal durante dos horas. He llegado a un punto de mi vida, que tener la razón es lo de menos, con compartir historias y sueños me siento feliz. Vivimos en tiempos demasiado convulsos, donde la inmediatez nos impone los ritmos de nuestro día a día y muchas veces nos impide disfrutar de los procesos. Tener sueños es maravilloso, creo que es una de las mayores fuerzas internas que puede tener una persona, sentir que lo que has soñado se hace realidad… te hace levitar y vibrar. Cuando consigues eso, eres imparable. Llegar hasta ahí, no es fácil, hay millones de formulas, desde dejarlo todo, hasta ser funcionario y trabajar en tu tiempo libre en tu proyecto, hasta tener tres trabajos porque lo necesitas. Todas estas historias están movidas por personas emprendedoras, o mejor dicho, personas soñadoras.
Y os prometo que no hay nada más bonito que cerrar los ojos, escucharte y fluir!
Bradhy me está enseñando demasiado, ha despertado en mí una valentía y una fuerza que no había sentido nunca. Me permite escuchar a las personas desde la calma y desde la ayuda, algo curioso. Pero si alguien, independientemente de su situación, me comparte un sueño que me llega, os prometo que hay algo en mi que se enciende y me hace vibrar. Le tiendo mis brazos y abrazo sus sueños.
¿ Hay algo más bonito que ayudar a las personas a cumplir aquello que más desean?
Historias reales, sueños bonitos y personas mágicas, ingredientes imprescindibles para vivir unas aventuras maravillosas.
Brindo por aquella noche, por las dos personas que me acompañaban que fueron fuente de inspiración y de reflexión, porque al final, se trata de soñar, pero soñar con actitud.
Aroa B.
@aroab__