by María Abajo
El 2020 nos ha pasado de largo, pero nos ha dejado una lección de vida muy fuerte. Me gustaría decir una “bonita lección de vida”, pero bonita precisamente no es la palabra que lo describe, así que “fuerte” está bien.
Hemos aprendido a dejar de dar cosas por sentadas, a valorar mucho más lo que tenemos y a darnos cuenta de que no necesitamos tantas cosas, al menos, no materiales. Ha sido un año en el que el sentimiento que más ha predominado en el mundo ha sido la empatía, la tristeza y la pena. Pena por no poder ver, abrazar y besar tanto como nos gustaría a esas personas que lo son todo para nosotros.
Y mi pregunta es ¿has echado de menos algo material?, ¿has sentido que te faltaba algo que no fuera aprovechar la vida al máximo? Con suerte, esta respuesta es un “no”.
Y digo con suerte, porque creo que lo más importante que tenemos en esta vida no es tangible, son las experiencias y los momentos que nos aportan y nos llenan de vida.
Las cosas que nos han hecho felices en el 2020 y que creo que nos lo seguirán haciendo este año han sido cosas tan sencillas como: leer, cocinar, hacer deporte, meditar…
Debemos recuperar esas cosas que tan bien nos hacen y que dejamos de lado debido al frenético ritmo de vida que llevamos.
Debemos parar, debemos observar, mirar, sentir y disfrutar de esas cosas que nos llenan el alma de alegría, que nos hacen vibrar y sentirnos vivos.
Llevar una vida más sencilla nos hace más felices. Esta frase creo que es mi mantra para este 2021. Lo he comentado con muchísimas personas estos últimos meses y lo que recibo siempre es la misma respuesta: “yo he vendido”, “yo he regalado”, “yo he donado tal cosa” y ahora soy mucho más feliz, más LIBRE.
Tener más no es lo que nos hace felices. La felicidad se encuentra en vivir, sentir y darnos cuenta cada día de que la vida es un milagro y que nos está faltando tiempo para salir a disfrutarla.
María Abajo
@maria.abajo